Camión Tonto

Estaba sentado en la plaza de armas de mi ciudad degustando un exquisito helado de palta, muy tranquilo, relajado, mirando los arboles, la gente pasear, los niños sonreir, un perrito sobre una perrita, y de pronto tambien muy cerca un joven mongólico pateando y escupiendo a un taxista, el taxista estaba enojado, la madre del mongólico se reía, el mongólico seguía con su furia, la madre reía fuerte, el taxista trataba de frenar al pequeño mongólico azotando un diario sobre su espalda, pero el mongólico por supuesto y logicamente es un mongólico y solo obedecía a las palabras de su madre; ¡atáque Rafael!, ¡atáque!. El mongo bruscamante se detúbo por un minuto, soltó al taxista, gritó hacia el cielo levantando sus manos; ¡JESÚS! y corrío tan rápido como pudo hacia la calle, acto seguido un camión muy grande lo reventó. Esto no me dejo ninguna moraleja, al rato me tomé un cerveza, comí un pan con arroz y sumerguí a mi perro en un tarro de harina. En las fotos; el pequeño Rafael vivo y el camión que le arrebató su pequeña existencia.